Se trata del complejo de Jamnagar, construido del 2005 al 2008, con una capacidad de producción de 1.2 millones de barriles diarios.
La refinería de Jamnagar, situada al oeste de India en las costas del mar Arábigo, es operada por la segunda compañía privada más grande de ese país: Reliance Industries Limited. Actualmente procesa poco más de 1.240 millones de barriles diarios de petróleo crudo, cuando la capacidad total de las seis refinerías de Petróleos Mexicanos (Pemex) es de 1.6 millones de barriles diarios (aunque en la actualidad sólo se utiliza 40% de ésta), mientras que la capacidad máxima que se pretende instalar en las nuevas refinerías mexicanas es de sólo 300,000 barriles por día.
El mayor centro refinador del mundo fue construido en 36 meses, del 2005 al 2008, con un costo de 6,000 millones de dólares. En tanto, el proyecto 2018-2024 de la futura administración contempla que “se requerirá una inversión estimada de 6,000 millones de dólares para cada refinería” nueva, a pesar de que serán de menores dimensiones que el complejo hindú.
El centro Jamnagar, reconfigurado en el 2015, actualmente emplea a 2,500 personas, cuenta con 50 plantas procesadoras ubicadas en un terreno de más de 3,000 hectáreas, mientras se ha anunciado que el nuevo centro en México se ubicará posiblemente en el puerto del Golfo de México, Dos Bocas, en Tabasco, donde ya se cuenta con 400 hectáreas propiedad del gobierno federal, o Madero, en Centla, en un terreno de 60 hectáreas que, también en Tabasco, colinda con el Río Grijalva.
“Independientemente de si hay controversia o no sobre el costo total, es innegable que será un megaproyecto de infraestructura, de varios miles de millones de dólares. Al lanzarse tan temprano en la nueva administración, va a ser un proyecto que el mundo entero volteará a ver para tratar de entender la posición de López Obrador y su equipo en temas tan importantes como transparencia”, consideró en su análisis el think tank Pulso Energético, de la Asociación Mexicana de Empresas de Hidrocarburos (Amexhi).
En este sentido, vale la pena que la nueva Secretaría de Energía, así como Pemex y cualquier otra organización del gobierno que organice o ancle el proyecto, revise lo logrado por la Comisión Nacional de Hidrocarburos en las rondas petroleras, en materia de transparencia y credibilidad en los procedimientos, explicaron expertos de Pulso Energético.
Además de especialistas nacionales y participantes internacionales, observadores internacionales como la OCDE o el Atlantic Council han reconocido a las rondas de la CNH como licitaciones que han ido más allá de las mejores prácticas internacionales, elevando los estándares globales en el tema.
Refinación y exploración y producción son negocios diferentes, así que no se trata de copiar y pegar, explicaron, pero sí hay prácticas de transparencia, máxima publicidad, claridad en las variables de licitación y cumplimiento de los contratos (no renegociación de términos económicos en caso de sobreofertas) que deben tomar en cuenta. Información de El Economista.