¿No mete las manos…?
A cada día le bastan sus temores, y no hay por qué anticipar los de mañana.
Charles Péguy
Aunque se nos critique por anticipar críticas cuando Andrés Manuel López Obrador aún no asume la Presidencia de la República, las acciones que viene realizando, aun cuando hay voces que lo niegan, advierten lo que puede suceder en los próximos seis años.
Pueden suceder, insisto.
Lo que más llama la atención es la liberación, exonerada de toda culpa, de Elba Esther Gordillo, acción jurídica del poder judicial precisamente el día en que López Obrador recibía la constancia de Presidente electo.
¿Coincidencia…?
Podría ser, pero hay que recordar que desde antes de la liberación la maestra había colocado en el círculo cercano del tabasqueño a personajes muy ligados a ella, como su yerno y su nieto, amén de otros también de las confianzas de ella.
No es un secreto que Andrés Manuel ha solicitado al todavía Presidente en funciones Enrique Peña Nieto que adelante acciones que han sido su compromiso de campaña, como la creación de la Secretaría de Seguridad Pública, a lo que el aun mandatario ha accedido.
Tampoco que le pidió que se expedite la designación del Fiscal General de la Nación y del Fiscal Anticorrupción, decisión que tomará el Congreso pero en base a la terna propuesta por el Ejecutivo.
Y la decisión ya saldría de la próxima legislatura que entre en funciones el primero de Septiembre y será de mayoría absolutamente morenista.
Ya antes había causado estupor la integración en las listas plurinominales para el Senado, en donde figuran preponderantemente dos personajes de negros antecedentes, de los que legalmente fueron liberados gracias a maniobras legaloide$$$: el líder minero Napoleón Gómez Urrutia y “la comandanta” Nestora Salgado García, hoy “blancas palomitas”.
Pero regresando a Elba Esther, pese a que voces como la del Senador Rubén Rocha Moya afirman que Andrés Manuel no tuvo nada que ver con esa liberación, son muchas las voces que afirman lo contrario.
¿No tuvo nada que ver la influencia en la Suprema Corte de la ex Ministra Olga Sánchez Cordero, futura Secretaria de gobernación…?
¿Nada que ver la amenaza de reducción general de sueldos, incluidos los de la Suprema Corte, con la decisión del Primer Tribunal Unitario en Materia Penal que la exoneró…?
Supuestos errores en el procedimiento eliminaron de un plumazo la acusación de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita (lavado de dinero) por 1,978 millones de pesos. ¿De donde había salido…?
En cinco años los tribunales federales no pudieron desechar los elementos de prueba aportados por la fiscalía y dar sobreseimiento al proceso, pero de repente ¡todo se desvaneció!.
¿Alguien con un poco de sentido común se traga esa patraña…?
Ahora, muchos analistas, los que no están pagados por el pejismo, se preguntan: ¿Quién sigue… Javier Duarte u otros de los ex Gobernadores que andan prófugos…?
¿La amnistía alcanzará también a los ex gobernantes corruptos…?
La presencia de claros exponentes de la “mafia del poder” en los círculos cercanos a López Obrador da pie para esas interrogantes.
Y aunque ha surgido otra denuncia penal contra la ex dirigente del SNTE, por lo pronto Elba Esther se apresta a participar en la revisión de la reforma educativa para cancelar la actual y dar paso a una nueva en donde vuelvan a predominar la venta de plazas y concesiones políticas y económicas a dirigentes magisteriales.
Estoy de acuerdo, repito en que hay que esperar a que asuma el poder y se concreten sus decisiones, pero ya hay adelantos con acciones que tomará el Presidente Peña Nieto y que pondrán en charola de plata al futuro Presidente no solo la seguridad pública a modo sino las fiscalías “autónomas” con titulares “carnales”.
Nos queda todavía el consuelo lejano de que hay que darle el beneficio de la duda, pero….