El huracán que azotó a México…!
No se puede cambiar el curso de la historia a base de cambiar los retratos colgados en la pared.Sri Pandit Jawaharlal Nehru
Muchos habíamos advertido que las elecciones del primero de julio serían históricas, pero no advertimos las proporciones de los resultados.
México cambió de color. Se pintó de morado Morena.
Al conocerse los resultados preliminares de las elecciones hubo quienes exclamaron que un tsunami había azotado electoralmente al país.
Pero los tornados son fenómenos meteorológicos del lejano oriente y acá los conocemos como huracanes y tornados. Todos de fuerzas arrasadoras.
Lo que se veía venir se cumplió, pero increíblemente magníficado.
Andrés Manuel López Obrador fue el ganador absoluto del proceso electoral.
Pero los resultados en el resto del país son los increíbles.
Estados, Municipios, distritos electorales en donde nunca se vio, o se vio poco, a los candidatos de la coalición “Juntos Haremos Historia” arrojaron resultados que dejaron en la lona a los candidatos que se consideraban los mas seguro para triunfar.
El Congreso de la Unión y los congresos locales, casi todos estos resultaron con mayoría indiscutible para la causa morenista.
Así, la coalición morenista logró 310 curules en la Cámara Baja mientras que en la alta serán 69 de los 128, es decir, mayoría simple en las dos cámaras del Congreso federal.
Con solo 25 diputados que apoyen a la fracción morenista ésta alcanzaría la mayoría calificada y con 16 Senadores en la cámara alta también lograría la mayoría calificada.
Es decir, maniobrando con inteligencia, el Congreso de la Unión podría modificar la Constitución a petición del Presidente López Obrador.
Cuidado…!
A nivel Sinaloa el panorama no es diferente.
Aquí la coalición morenista ganó 19 distritos y con una diputación de representación proporcional que alcanzó el PT tiene la mitad del Congreso.
Sinaloa era uno de los pocos Estados considerados priistas pero el fenómeno lopezobradorista borró el tricolor para tornarlo morado.
Que sucedió?
Por una parte, una campaña ininterrumpida que a lo largo de 18 años realizó López Obrador que supo capitalizar la indignación del electorado por la situación económica y la corrupción.
Y también el uso inteligente, agresivo de las redes sociales que inundaron las vías cibernéticas atizando el coraje ciudadano.
Por el contrario, estaba enfrente un Presidente Peña Nieto con el prestigio casi en los suelos por el pésimo manejo de su imagen capitalizado perfectamente por López Obrador y sus asesores e instrumentos de comunicación.
Por otro lado las traiciones de priistas que ante la carrera que como puntero llevaba el tabasqueño decidieron sumarse subterráneamente traicionando a su partido.
En Sinaloa lo hicieron los que traicionaron al PRI en el 2010 y que en esta campaña del 2018 fingieron regresar y fueron calificados como “hijos pródigos” pero llevaban empuñado el puñal de la traición buscando el cobijo y la amnistía del inminente Presidente para eludir la acción de la justicia que demandan para ellos los sinaloenses.
Por si duda cabe, cotorras de ese grupo andan graznando por todas partes que trabajaron para AMLO.
Hay quienes no entienden que la elección ya pasó. Estamos en el proceso de calificación del proceso.
Son tiempos, como lo expresó López Obrador en su primer mensaje después de la elección de reconciliación
Reconciliación de una sociedad dividida y hasta confrontada por el proceso electoral.
Mas no de perdón para delincuentes que saquearon las finanzas de Sinaloa y hoy se ufanan de haber apoyado al Presidente y los demás funcionarios electos.
Si Andrés Manuel asegura que va a combatir la corrupción no debe dejar por fuera a quienes aquí en Sinaloa lo apoyaron buscando con ello mantener su impunidad.
Por lo demás, los electos deben de entender que la ciudadanía no les dio un cheque en blanco, sino que les otorgó la oportunidad de cambiar las cosas, de abatir la corrupción, de manejar con transparencia los recursos públicos.
Todos ellos, de Andrés Manuel para abajo, tienen la oportunidad de hacer historia efectivamente.
Nosotros, los ciudadanos tenemos el deber de apoyarlos concederles la oportunidad de demostrar que sus promesas no fueron artilugios de campaña.
Es por Sinaloa. Es por México!