Por Maru De Aragón
Donald Trump, presidente deEstados Unidoscede finalmente y acepta reabrir el gobierno pero sólo durante tres semanas. El propio Trump hizo el anuncio en laCasa Blanca. Dijo que, durante este tiempo, continuarán las negociaciones con los demócratas en relación con el fortalecimiento de la seguridad en lafronteraconMéxico.
Con este anuncio, el Congreso estará en condiciones de aprobar varias iniciativas de ley relacionadas con el presupuesto para comenzar a pagar a los cerca de 800 mil empleados públicos que fueron enviados a sus casas sin goce de sueldo y a los que tuvieron que trabajar sin percibir sus salarios. Trump se comprometió a pagar a los burócratas afectados las 5 semanas que duro el cierre parcial del gobierno.
De acuerdo con elNew York Times, el sorpresivo anuncio fue interpretado como una notable concesión para un presidente que había hecho del muro un tema innegociable. En días anteriores, este mismo diario señalaba que su presidencia se había convertido en rehén de su insistencia inamovible de construir un muro en la frontera con México dejando de lado muchas otras cuestiones prioritarias para la nación.
Desde que ordenó el cierre parcial del gobierno, el 21 de diciembre, para obligar a los demócratas a aprobar fondos para iniciar la construcción del muro, se paralizó el resto de su agenda. Este impasse, dice el NYT, obligó a Trump a cancelar su participación en elForo Económico Mundial de Davos,Suiza, el cual se celebra en momentos en que la economía mundial se enfrenta a una posible recesión. Y aunque sus asesores continúan trabajando en un acuerdo para suavizar la guerra arancelaria con China y preparando una segunda cumbre con el dirigente deCorea del Norte,Kim Jong-un, muchos otros temas de gran relevancia quedaron pendientes, como el recorte de impuestos a la clase media, una de sus promesas de campaña y las negociaciones financieras sobre el techo de la deuda, el cual debe elevarse para evitar que el país caiga en el incumplimiento de sus obligaciones. Todo indica, según este diario, que cedió a medida que los efectos de la paralización parcial de las operaciones del gobierno comenzaron a extenderse a áreas tan delicadas como la aviación.
En los últimos días se registraron muchas demoras debido a la escasez de controladores de tráfico aéreo. Con un número cada vez mayor de estadounidense culpando aTrumpde este cierre- el más largo de la historia- los republicanos, encabezados por el líder de la mayoría, el senadorMitch McConnell,de Kentucky, presionaron al máximo a Trump para que aceptara este cese al fuego temporal.
Las próximas tres semanas serán cruciales debido a que un comité conformado por demócratas y republicanos delSenadoy laCámara de Representantesnegociarán un plan de seguridad fronteriza. Si no hay consenso, el gobierno volverá a cerrar parcialmente sus operaciones.
William A. Galston, quien fue asesor en política interior en la presidencia deBillClintonadvierte que el presidente está convencido de que el muro representa un contrato que hizo con sus seguidores en la campaña electoral. Considera que es el tema, más que ningún otro, que lo catapultó a laCasa Blanca.
La concesión hecha por Trump ocurre un día después de que dos propuestas, una de losdemócratasy otra de los republicanos, no lograran los votos necesarios para su aprobación en elPleno del Senado.
Otro factor que jugó un importante papel fue que Pelosi notificó a Trump que no podría pronunciar el importante discurso anual sobre el Estado de la Unión desde el Congreso el 29 de enero, mientras el gobierno estuviera cerrado. Según elWashington Post, el resultado de estas intensas negociaciones son vistas como una victoria para los demócratas y para la presidenta de la Cámara Baja,Nancy Pelosi, quien se mantuvo firme en su postura de no negociar la seguridad en la frontera con México hasta que se reabriera el gobierno.
Una encuesta divulgada ayer por elWashington Posty la cadena de televisiónABCilustra perfectamente el daño sufrido por Trump y los republicanos en esta dura batalla por el financiamiento de un muro fronterizo. Su índice de desaprobación subió 5 puntos a 58%. Además, uno de cada 5 estadunidenses dijo haber sufrido los efectos de esta larga parálisis parcial del gobierno. En cuanto al manejo de las negociaciones, el 60% critica la estrategia deTrump.