Se trata del intercambio másríspidoentre dos candidatos en la actual contienda electoral. Si bien tanto José Antonio Meade candidato de la alianza “Todos por México” como el de “Por México al Frente” Ricardo Anaya intentaron mantener la corrección política en el intercambio de insultosdel fin de semana, a fin de cuentas no dejan de ser un “entretenimiento” para un sector del electorado, o unallamada de alertapara otro sector.
Meade le dijo al panista que es unvulgar ladrón: Anaya aseguró que el priista es un cínico y que tiene cara de «mosquita muerta«. Los motivos van desde la difusión del video donde el hermano deManuel Barreiro, cuenta la forma en que supuestamente habrían metido millones de pesos a la campaña del panista, hasta los rumores del presunto pacto secreto “EPN-López Obrador”.
De todo elloPolítico.mxle ha informado con puntualidad. Pero sin duda llama la atención que esta “escaramuza verbal” ocurra entre quienes van en segundo y tercer lugar, en promedio, en la mayoría de lasencuestas de preferencias electorales. Podemos plantear tres escenarios fundamentales tanto para las próximas horas como para el primero de julio.
Segundo escenario. Casi por los mismos motivos, es una medida casi desesperada para que a unas horas del tercer debate presidencial se hable más de ellos que del aspirante de la coalición “Juntos Haremos Historia”. A querer o no, con ese limitado nivel de discusión plantean interrogantes básicas: ¿cómo se van a ver en el Museo del Mundo Maya,sede de encuentro?, ¿se van a saludar siquiera?, ¿tardarán segundos o minutos en lanzarse unprimer ataque?, ¿en cuál de sus intervenciones?, ¿el lenguaje escalará y/o habránuevas acusaciones?. Como en serial: no se pierda el próximo capítulo.