Asistí anoche al debate de los candidatos a la presidencia municipal de Guasave y la verdad, no me gustó: Me aburrió el mismo estribillo y sonsonete, principalmente de la morenista, Aurelia Leal, que una y otra vez prometía hacer un cambio total en la administración municipal apoyada por quien sin duda será el próximo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador; acusó de corrupción a Diana Armenta y al partido que la postula, el PRI y de vuelta otra vez, a repetir el disco rayado.
Nunca la había escuchado y la verdad me sorprendió: No tiene discurso.
El Prof. Jesús Rafael López que sustituyó a quien siendo prácticamente un novato en estas cuestiones, el Dr. Chuy López, tenía muchas posibilidades de ser el próximo presidente municipal de Guasave, exhibió su nobleza de maestro y padre de familia, pero no aportó nada de interés para los guasavenses capaz de despertar su interés por apoyarlo en las urnas.
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No gustó el “yoyismo” del candidato del Partido Independiente de Sinaloa, Martin Lugo quese pasó la mayor parte del tiempo que se asignó diciendo que el sí sabe cómo transformar a Guasave y centró sus críticas en el atraso y el abandono en que se encuentra en Guasave.
La mejor y no me importa las críticas que esto me pueda acarrear, fue sin duda Diana Armenta, la alcaldesa con licencia que busca la reelección. Su discurso fue claro, sencillo, de propuestas y compromisos.
Tanto Aurelia Leal, como Jesús Rafael López y Martín Lugo, criticaron y con justa razón el cacicazgo político que ejerce un grupo en Guasave que no ha dado buenos frutos y que han sido los responsables de que Guasave no avance de acuerdo a su potencial económico, pero eso sí, han salido con los bolsillos repletos de dinero que debió invertirse en obras de buena calidad.
Pero aunque Diana Armenta venga del mismo partido, tampoco se le puede medir con la misma vara. Su paso de apenas un año y un mes por la presidencia municipal, dio muestras de que sabe hacer las cosas, recompuso un gobierno en crisis que le dejaron panistas, perredistas y sin partido que pasaron por la administración anterior y solo un ciego no puede ver ni reconocer las obras que se realizaron en ese corto plazo y la promoción de otras que están en proceso.
Y no voy a profundizar. En lo particular, me pareció Diana Armenta, mucho mejor que sus adversarios.
O lo mejor, consciente de que había superado a sus adversarios, al finalizar el debate señaló que “ahora más que nunca estoy seguro de que voy a ganar”.
Pasando a otras cosas, otra vez ayer, se le fueron a la yugular al candidato presidencial de la coalición Al Frente por México, Ricardo Anaya, a quien le sacaron un video de la forma en que trianguló recursos para beneficio personal, en un hecho que se creía ya cerrado desde hace cinco meses cuando se presentó la primero denuncia.
En esta ocasión, se dieron detalles de todos los pasos que siguió el candidato presidencial para lavar millones de pesos al amparo de las operaciones de compra-venta de una nave industrial en su natal Queretaro.
Este nuevo escándalo representa el tiro de gracias para el panistas en sus aspiraciones por darle alcance al puntero Andrés Manuel López Obrador.
Obvio, el panista respondió que esto era parte de la guerra sucia del PRI por la desafortunada campaña que realiza su candidato presidencial y responsabilizó al Presidente Peña Nieto, de su integridad física y la de su familia, que es lo más delicado.
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Gracias y BUENOS DIAS.
