Como si no abriera un expediente un día sí, y otro también,Andrés Manuel López Obradorentra a un territorio inexplorado e inédito: los próximos titulares de las Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y Marina (Semar) serían revocados si no cumplen con las expectativas en seguridad. Si bien asegura que toma en cuenta opiniones para designar a los futuros secretarios, desde ahora los pone bajo “una espada de Damócles” como ningún presidente en la historia moderna lo había hecho. Losriesgos institucionalesy de gobernabilidad se ponen en la perspectiva de los analistas.
Los detalles de su innovadora propuesta los dio en su gira porDurango. «La costumbre es que se nombra al secretario de la Defensa y al secretario de Marina, y para seis años, no, ya no va habernadie que va a durar seis años«, dijo al final de su arenga que duró una hora.
Es decir, así como el resto de su gabinete legal obviamente de carácter civil, losmilitares y marinos también se someteríanal proceso de consulta yrevocación. «Sin condición, se van a tardar seis años si hacen bien el trabajo, si no ¡vámonos pa’ fuera!, a los tres años cambio, o a los dos, o al primer año,nadie va a tener garantizado su encargopor seis años», argumentó el presidente electo.
Las declaraciones tienen que ponerse en la balanza y en la perspectiva correspondiente, pues esto lo plantea apenas 24 horas después de haber señalado que paraesas carterasen específico, está tomando en cuenta las opiniones de distintas instituciones y especialistas en la materia. Algo que no hizo, hasta donde sabemos, para ninguna otra de lasdependencias federalesque conformarán su gobierno.
Incluso los “pintó” de cuerpo entero al enumerar lascaracterísticasque está perfilando para ellos:
– ”Quiero que sean leales, sobre todo al pueblo,leales a la patria…”
– ”Que seangente honesta, respetuosos de los derechos humanos…”
– Planteó que el próximo titular de la Sedena tendrá que ser ungeneral de 65 añoso menos, debido a que esa es la edad en la que se retiran del Ejército.
– «Tienen que ser menores de 65 años, tienen que ser más o menos de mi edad, oun poco más jóvenes«.
Al parecer, ese general y ese almirante tendrán que asumir la titularidad de las Fuerzas Armadas bajo nuevas condiciones que establece estegobierno civil; aunque si bien dibuja esta nueva consideración, no se atreve a dar el salto a la tendencia en muchas naciones donde es precisamente un civil quien encabeza lacartera militar. Un tramo que por ahora se mira lejos en elEstado mexicano.
Las semanas por venir son cruciales, pues aunque primero adelantó que los nombres se darían a conocer a finales deoctubre, en Durango indicó que la revelación sería “en noviembre”. Al parecer aún se requerirán más consultas.
Ya los expertos en el tema de las Fuerzas Armadas habían advertido de lastensionesque desde la campaña López Obrador generó con suscomentarios y críticas; al triunfar el 1 de julio pasado comenzó a tender puentes. Estos parecen haber logrado alguna distensión luego de la reunión del22 de agostocon el generalSalvador Cienfuegos; el propio político tabasqueño mostró indicios al matizar algunas posturas aunque parece “volver a las andadas” con la idea de los50 mil nuevos reclutas.
Ahora esto de la revocación de los titulares, antes impensable, seguramente traerá a cuentas otra discusión que apenas quedará saldada a partir del 1 de diciembre.